El destacado filósofo Carlos Cullen instó a la reflexión

La apertura estuvo a cargo del director de Nivel Superior, Horacio Gallardo, miembros de su equipo, además, de autoridades de los institutos de Formación Docente de Anjullón, Villa Unión, Los Sauces, Sañogasta, Chepes y de Educación Especial Dra. Tobar García.

Durante su alocución Gallardo expresó que la institución debe ser “inteligente en todas las órbitas tal como se concebía en los años 90”, en el sentido de conciliar los “nuevos contextos y viejos pretextos, fundamentales en un instituto que debe ser modelo porque forma a docentes”.

En otro tramo valoró la presencia de Cullen por la experiencia y el trabajo que viene haciendo hace años en Nación respecto a la transformación docente: “Poder tenerlo aquí entre nosotros es situarnos en esta nueva dimensión de lo que significa, por un lado, la educación en general y por otro, la formación docente en particular”.

Por su parte Cullen aclaró: “soy filósofo y desde este contexto voy a apuntar a discernir qué es lo que está pasando en la crisis contemporánea, pero en un sentido más radicalizado, tomando algunos temas en particular como qué pasa con el conocimiento que es central para la educación, el concepto de sujeto, el vínculo social a partir de un planteo de fundamentos”.

Según Cullen la crisis actual tiene varias aristas o componentes constitutivos como también distintos niveles de análisis: “Podemos estudiar datos estadísticos, el hambre que hay, el analfabetismo y cosas por el estilo, pero eso es tema de sociólogos, yo no hago eso. Yo trato de ayudar a que se vea que hay un contexto más radicalizado todavía, como fue en su momento en nuestra memoria histórica los distintos pasos que se fueron dando y que nos llevó a hablar de una época antigua, otra moderna, pero ¿cómo llamamos a esta época?”, se preguntó.

En este sentido el filósofo se aventuró a significar que la época actual es más compleja porque se saben más cosas y hay menos excusas para enfrentar las crisis. “En otro momento, por ejemplo, había una gran sequía y se decía: bueno, se enojaron los dioses… hoy en día no podemos decir eso. Pasa por la inteligencia del hombre resolver las cosas y sobre todo por la voluntad política, y cuando digo esto, no sólo me refiero a los Estados y a los gobernantes, sino, a todos nosotros, que seamos capaces de ir encontrando alternativas existentes».

Finalmente sentenció que «hoy más que nunca podemos decir que existen. ¿O alguien puede pensar que hay hambre en el mundo porque no hay alimentos? No es cierto. Hay hambre en el mundo porque seguimos en una lógica de gente excluida y gente incluida. Y eso es lo que hay que romper.”