Se agrava la crisis republicana tras los triunfos de Trump y Clinton

El polémico magnate y la ex secretaria de Estado cosecharon gran cantidad de delegados y fueron los claros ganadores de la jornada de internas de ayer en una docena de estados del país, la más importante de la carrera para elegir a los candidatos que aspirarán a suceder al presidente demócrata Barack Obama.

Prefigurando lo que ya parece un inevitable duelo entre ambos en los comicios de noviembre, Trump triunfó en siete de 11 estados y debilitó pero no eliminó a sus rivales, mientras que Clinton también ganó en siete estados ante su único adversario, el senador socialista Bernie Sanders, que se impuso en otros cuatro.

Pero mientras que Clinton pareció dar lustre a su chapa de favorita antes de la próxima jornada importante de internas, el 15 de marzo, las divisiones entre los republicanos crecieron hoy ante el avance de un Trump que ha atraído a muchos votantes desilusionados pero también ha abierto heridas en los frentes racial y de género.

Ensombrecido por los triunfos de Trump, el senador Ted Cruz quedó segundo en el reparto de delegados, gracias sobre todo a su victoria en la primaria su estado de Texas, el premio mayor del supermartes, y en menor medida a haber ganado también la primaria de Oklahoma y el caucus de Alaska.

Su buen desempeño reforzó su argumento sobre la necesidad de ser la alternativa a Trump, pese a que el tercero en discordia en la interna partidaria y el preferido del establishment republicano, el senador Marco Rubio, prometió continuar la pelea tras haber logrado ayer su primer triunfo, en la interna de Minnesota.

La persistente división representa la mayor crisis en décadas en el seno del Partido Republicano, que parece encaminado a nominar a un candidato presidencial al que no puede controlar y al que dejó crecer durante semanas hasta intentar detenerlo con esfuerzos que muchos consideran ya demasiado tardíos.

Algunos líderes y figuras del partido dijeron hoy que consideraban la hasta hace poco impensada opción de alinearse con el ultraderechista y ultrarreligioso Cruz, mientras que otros hablaron de la posibilidad de una fractura y hasta de la formación de una nueva fuerza política.

«Los republicanos parecen estar vacilando, incapaces o reacios a comprender que un turbio y grandilocuente mentiroso (Trump) está fraguando la imagen de su partido como símbolo de intolerancia y división», sostuvo hoy el diario The New York Times, históricamente cercano a los demócratas, en un duro editorial.

El diario urgió, además, a que las «infames declaraciones» e «ideas superficiales» de Trump sean expuestas a través de «análisis desapasionados y debates inteligentes, estrategias que levantarían» a sus oponentes por la nominación presidencial republicana.

Hasta ahora, los principales líderes republicanos en el Congreso han hilado fino cuando han tratado de distanciarse de Trump y no lo han hecho a menudo.

Ayer, tanto el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, como el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, denunciaron de manera velada la negativa de Trump a condenar en una entrevista el apoyo de un antiguo líder del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK) a su campaña.

También Ryan criticó en el pasado la propuesta de Trump de prohibir la entrada a Estados Unidos a todos los musulmanes, pero lo cierto es que ni él ni otros pesos pesados del partido han declarado su apoyo a ninguno de los rivales del magnate y han anticipado que respaldarán a quien finalmente logre la candidatura.

En su discurso de victoria, anoche en Florida, Trump envió un áspero mensaje al establishment republicano, advirtiendo a Ryan, segundo en la línea de sucesión presidencial, que va a «tener que pagar un alto precio» en caso de que ambos no se llevan bien.

Mañana, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, que fue el candidato presidencial republicano en 2012 y perdió frente a Obama, ofrecerá un discurso sobre la actual campaña en la Universidad de Utah, aunque no se prevé que anuncie su apoyo a ninguno de los aspirantes.

Romney ha sido en los últimos días una de las voces del partido más críticas con Trump, a quien ha acusado de mentir sobre sus finanzas personales y urgido a que presente sus declaraciones de impuestos.

Según fuentes citadas por varios medios, lo que hará Romney en su discurso será exponer por qué el Partido Republicano no puede permitir que Trump sea su candidato a la Casa Blanca.

Trump ganó por una buena diferencia cuatro estados: Alabama, Georgia, Massachusetts y Tennessee; mientras que sus victorias fueron más ajustadas en Arkansas, Vermont y Virginia.

Tras el supermartes, Trump ya suma en total 315 delegados, seguido por Cruz, con 205, Rubio, con 106, el gobernador de Ohio, Johm Kasich, con 25 y el neurocirujano retirado Ben Carson con ocho. Se requiere un total de 1.237 delegados para ganar la nominación republicana.

Hoy, Carson dijo «no ver un camino» para continuar luchando en las primarias de su partido, aunque no hizo oficial su salida de la campaña electoral. En un mensaje dirigido a sus seguidores, Carson anunció también que no asistirá al debate republicano que se celebrará mañana en Detroit, Michigan.

Del lado demócrata, Clinton ganó con más del 60% de los votos en Alabama, Arkansas, Georgia, Tennessee, Texas y Virginia, y obtuvo una victoria ajustada en Massachusetts. También se alzó con el caucus del territorio estadounidense de Samoa americana, en el océano Pacífico sur.

Sanders superó las expectativas con sus triunfos en Oklahoma, Minnesota, Colorado y Vermont, que le otorgan argumentos suficientes para sostener que, pese a que Clinton lidera con ventaja considerable, nada está zanjado aún en las primarias demócratas.

Con estos resultados, la también ex primera dama suma un total de 1055 delegados, mientras Sanders llega a 418. Se necesitan 2.383 delegados para ganar la nominación demócrata.

En el campo republicano, Cruz tiene puestas sus esperanzas en el corto plazo en Kansas, donde está haciendo campaña hoy, Luisiana y Maine, tres estados en los que, junto con Kentucky, los republicanos celebrarán votaciones el sábado próximo.

Para los aspirantes demócratas, la siguiente cita electoral también es el sábado en Kansas, Luisiana, Maine y Nebraska.