La Rioja: Ruta 40, un recorrido entre desiertos, valles y la esencia colonial
El tramo riojano de la Ruta Nacional 40 ofrece a los viajeros una experiencia inmersiva por el noroeste argentino, combinando desiertos rojizos, valles fértiles y la arquitectura de pueblos con fuerte esencia colonial. Desde Guandacol hasta San Blas de los Sauces, el corredor es un itinerario de paisajes únicos y riqueza cultural.
La Ruta Nacional 40, reconocida a nivel internacional, atraviesa la provincia de La Rioja, brindando un itinerario singular de norte a sur. Este tramo se destaca por su diversidad paisajística y su valor cultural.
Itinerario y Atractivos Destacados
El recorrido riojano de la Ruta 40 comienza en Guandacol con la Cooperativa Teleras de Unay, y continúa con paradas emblemáticas:
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Aicuña y Vinos: La Bodega Vinos de Aicuña ofrece una experiencia de vitivinicultura local.
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Vallecito Encantado: Famoso por sus formaciones rocosas milenarias.
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Talampaya: El imponente Parque Nacional Talampaya deslumbra con sus cañones y su riqueza paleontológica.
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Cuesta de Miranda: Regala miradores espectaculares, un punto obligado para apreciar el contraste geográfico.
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Pueblos Históricos: Sañogasta y Nonogasta conservan su arquitectura colonial intacta.
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Chilecito: En la segunda ciudad de la provincia, se destaca el histórico Cable Carril de la Mina La Mejicana y el Museo Samay Huasi.
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Contrastes Naturales: Famatina y el Cañón del Ocre ofrecen paisajes de gran contraste cromático.
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Tradición y Vino: Chañarmuyo y Pituil permiten al viajero disfrutar de la tradición y la vitivinicultura local.
El itinerario concluye en San Blas de los Sauces, un pintoresco pueblo conocido por su histórica iglesia, el Sitio Arqueológico de Hualco y el Entre Viñedos Resort Hotel, ideal para relajarse y disfrutar de la gastronomía regional.
Redacción: www.Matizando.com.ar
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