La Encrucijada del Comerciante Riojano

Comerciantes y consumidores, las dos caras de una misma moneda ajustada

La galopante inflación y el desfasaje salarial impactan de lleno en el consumo. Comerciantes riojanos enfrentan la difícil disyuntiva de aumentar precios ante el alza de costos (materias primas, energía, combustibles) o resignar ventas, mientras la política macroeconómica genera un choque de intereses entre el pueblo trabajador, según analiza Aldo Portugal.

La economía argentina, marcada por una inflación galopante y un poder adquisitivo de los salarios estatales –nacionales y provinciales– cada vez más desfasado, genera un complejo escenario donde los sectores productivos y los consumidores se encuentran en una tensión constante. En este contexto, los comerciantes riojanos se ven atrapados en un delicado equilibrio entre la necesidad de subsistir y el temor a perder clientes.

La encrucijada del comerciante riojano

Para el pequeño y mediano comerciante, la coyuntura actual es una verdadera encrucijada. Por un lado, enfrentan un aumento constante en los costos de operación:

  • Materias primas: Su valor se dispara, afectando directamente los precios de reposición.

  • Apertura de importaciones: Genera una competencia desigual para la producción local.

  • Servicios de energía eléctrica: Las boletas llegan con incrementos que impactan fuertemente en la estructura de costos.

  • Combustibles: El alza en su precio encarece la logística y el transporte de mercaderías.

  • Alquileres: Aumentos en consonancia con la inflación.

Todos estos factores obligan a revisar la política de precios. Sin embargo, trasladar estos aumentos al consumidor final se convierte en una decisión de alto riesgo en un contexto de baja generalizada de las ventas. Elevar demasiado los precios puede significar la pérdida de clientes y, consecuentemente, la inviabilidad del negocio.

La metáfora del choque entre pueblos trabajadores

Aldo Portugal, Coach Ontológico Profesional y Periodista, analiza este fenómeno y lo describe con una metáfora contundente: «La política macroeconómica, con sus decisiones, está haciendo que el pueblo trabajador se enfrente con el pueblo trabajador».

Esta frase resume la paradoja actual: el asalariado, con su salario devaluado, busca precios accesibles; mientras que el comerciante, que también es parte del pueblo trabajador, necesita cubrir sus costos para mantener su negocio y sus empleados. Ambos son víctimas de una misma realidad económica, forzados a una confrontación por el precio final de bienes y servicios.

El desafío para los comerciantes es cómo navegar esta tormenta: ajustar lo mínimo posible para no espantar al cliente, pero lo suficiente para no ahogarse en la propia estructura de costos. La situación económica actual empuja a una redefinición constante de estrategias, donde la creatividad y la resistencia se vuelven esenciales para la supervivencia en el mercado riojano.