Historia Sobre Cuatro Ruedas – La Ferrari del Diego
                El legendario auto que Diego pidió en 1986 llega a Buenos Aires como parte de una exposición exclusiva. Estuvo en Italia, España y Chile antes de cruzar el Río de la Plata
A 65 años de su nacimiento, Diego Armando Maradona vuelve a estar presente en Argentina de una forma inesperada: su mítica Ferrari Testarossa negra, el auto que mandó a pintar especialmente antes del Mundial de México 1986, aterrizó por primera vez en el país y puede verse en una muestra que reúne vehículos de celebridades mundiales.
El deportivo italiano, testimonio de la época dorada del Diez en el Napoli, tiene una historia tan particular como su dueño. Y es que el color negro no era una opción de fábrica para Ferrari. Fue un capricho de Maradona que su manager Guillermo Coppola debió negociar directamente con Enzo Ferrari, fundador de la marca.
El pedido que cambió todo
Según relató Coppola, convencer al patriarca de Maranello no fue sencillo. Finalmente logró que autorizara la pintura especial del vehículo, que terminó costando 470 mil dólares más 130 mil adicionales por el trabajo de color. La versión del Guillote indica que negoció con Corrado Ferlaino, presidente del Napoli, para que fuera el club quien se la obsequiara a Diego, vendiéndosela al dirigente por un millón de dólares.
La exclusividad del pedido puso a Maradona en una selecta lista. Sylvester Stallone, Michael Jordan y Michael Jackson también tuvieron Ferraris negras, pero la del astro argentino carga con el peso simbólico de haber acompañado sus años más gloriosos en Italia, donde conquistó cinco títulos con la camiseta del Napoli entre 1984 y 1991.
De Nápoles a Santiago, pasando por España
Diego disfrutó del auto hasta 1993, cuando finalizó su experiencia en el Sevilla. Al regresar a Argentina, los elevados impuestos para importar ese tipo de vehículos lo llevaron a venderlo a un español identificado con las iniciales M.M. El comprador lo mantuvo en perfecto estado, conservando el tapizado de cuero original y apenas 22 mil kilómetros en el odómetro.
En 2014, en vísperas del Mundial de Brasil, la Ferrari volvió a cambiar de manos por 250 mil dólares. Permaneció en España hasta abril de este año, cuando Jorge Yarur, heredero de una de las familias más influyentes de Chile y fundador del Museo de la Moda de Santiago, la adquirió para sumarla a su colección dedicada a Maradona.
«Contamos con 150 piezas aproximadamente que incluye camisetas, botines, trofeos, entre otros tesoros», confirmaron fuentes del museo. Yarur envió especialistas para verificar la autenticidad del vehículo y su documentación antes de cerrar la compra. Una vez confirmado que se trataba de la Ferrari original, organizó la logística para trasladarla a Chile.
Una pieza de museo que emociona
Actualmente, el auto no está en funcionamiento. «Al ser una pieza de museo queremos intervenirla lo menos posible», explicaron desde la institución chilena. Sobre su valor actual, prefirieron la discreción: «Es alto, pero mucho menos de lo que se vendió la camiseta de la Mano de Dios», en referencia a la casaca que Diego usó contra Inglaterra en México 86, subastada en mayo de 2022 por más de 9 millones de dólares.
La Ferrari negra forma parte de la exposición «Íconos Sobre Ruedas», que hasta este domingo 2 de noviembre se exhibe en el Centro Costa Salguero – Pabellón 5. La muestra reúne 15 vehículos que pertenecieron a personalidades del cine, la música y la cultura mundial, cada uno acompañado de indumentaria original de sus dueños.
Entre los tesoros expuestos figuran el DeLorean de «Volver al Futuro», la limusina Lincoln Continental del presidente John F. Kennedy, el Ford Escort de la princesa Diana, el Chevrolet Corvette de Slash, el Dodge Dart de Kurt Cobain y el Ford Thunderbird de Marilyn Monroe, entre otros. Junto a la Ferrari de Maradona también se exhibe una camiseta del Napoli que vistió el Diez.
El imán que atrae generaciones
Para los organizadores, la Ferrari de Maradona es la estrella indiscutida. Los adultos se emocionan frente al auto que los transporta a una época irrepetible, cuando Diego era el mejor futbolista del planeta. Los más jóvenes descubren asombrados una máquina cuya aerodinámica parece desafiar sus cuatro décadas de existencia.
En concreto, la Testarossa negra estuvo siete años en Italia, 32 en España y desde abril pasado reside en Chile. Su paso por Argentina, aunque breve, cierra un círculo pendiente: el auto que Diego soñó antes de conquistar el mundo finalmente conoce el país que lo vio nacer.
Las entradas para la exposición están disponibles en Ticketek.
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