Un «nuevo Patquía» frente a las adversidades
Por su parte, el intendente Claudio Akiki manifestó la visión de un «nuevo Patquía», con aspiraciones de ser una ciudad moderna y autosustentable, con una fuerte apuesta al turismo. Sin embargo, el jefe comunal no dudó en señalar las limitaciones que, a su juicio, imponen las políticas del Gobierno Nacional para alcanzar estos objetivos.
Akiki también se refirió al reciente temporal del 24 de febrero, que causó cuantiosas pérdidas materiales en la localidad. A pesar de la magnitud del desastre, el intendente agradeció que no hubo pérdidas de vidas y reconoció la pronta y empática respuesta del gobernador Quintela, quien fue «el primero en preocuparse y ser testigo de este momento que vivía todo un pueblo». Destacó, además, el restablecimiento de los edificios escolares para que los alumnos pudieran retomar las clases, resaltando la sensibilidad del gobernador en situaciones de crisis en toda la provincia.
Historia, desarrollo y devoción: los cimientos de Patquía
El evento también fue un espacio para recordar las raíces de Patquía. El investigador Carlos Molina brindó un repaso histórico, señalando que la localidad celebra 134 años desde su nacimiento alrededor de la estación de trenes, inaugurada el 20 de julio de 1891 como «Estación Santa Rosa». Molina explicó que la estación fue nombrada en honor al pueblo originario de Patquía Viejo.
El historiador detalló que la zona, conocida desde 1743 como «Tierras del Bajo de Santa Rosa de Patquía», tuvo una historia ligada a estancias y rutas comerciales. La construcción del ferrocarril fue clave para su desarrollo, asegurando su futuro como pueblo a pesar de haber surgido en un lugar «sin agua y en medio del desierto». Molina concluyó su intervención resaltando la devoción de los primeros habitantes, quienes, bajo la protección de Santa Rosa, la nombraron su patrona y le erigieron un templo para venerarla cada 30 de agosto.