Crisis sin Precedentes en Gastronomía y Hotelería de Mendoza

La Mano Negra del Estado Nacional
El sector de la gastronomía y la hotelería en Mendoza se encuentra sumido en una de sus peores crisis históricas, una situación que, según analistas y empresarios del rubro, tiene su origen directo en las políticas implementadas por la actual gestión nacional. La combinación de una profunda recesión, la falta de una visión clara para el fomento del turismo y una presión fiscal asfixiante ha provocado una ola de despidos y la precarización laboral de miles de trabajadores.
La magnitud del problema es alarmante. Diego Stortini, empresario turístico y vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), estima que «el 60% del staff está ‘discontinuado’: sin despido formal, pero tampoco trabajando ni cobrando». Esta figura, que revela un limbo laboral para miles de familias, es un reflejo de la contracción económica que se vive en todo el país.
Recesión y la Pérdida de Competitividad
La recesión actual, lejos de ser un fenómeno aislado, es una consecuencia directa de las medidas económicas implementadas a nivel nacional. Daniel Ariosto, director de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) en Mendoza, señaló que la situación se agravó drásticamente a partir de noviembre y diciembre de 2024, extendiéndose por una temporada estival «floja» hasta marzo de 2025. «Estamos en el día a día, sobreviviendo. Ya no hablamos de rentabilidad, sino de sobrevivir», expresó Ariosto, dejando en evidencia la desesperación del sector.
Uno de los puntos críticos que destacan los empresarios es la pérdida de competitividad. La política cambiaria de la gestión nacional, que ha provocado una baja del dólar, ha encarecido a Mendoza como destino turístico frente a países vecinos como Brasil o Chile. Esta situación impacta directamente en los ingresos de los establecimientos, que ven mermada la llegada de turistas extranjeros y, lo que es aún más preocupante, la capacidad de gasto del turista interno.
Presión Fiscal Insostenible y Ausencia de Políticas de Fomento
A la recesión y la pérdida de competitividad se le suma una presión impositiva que no da tregua. Las políticas fiscales de la actual administración nacional han sido percibidas como inflexibles y desmedidas. «La AFIP hoy te embarga en 48 horas si no cumplís. No dan respiro», lamentó Ariosto, destacando la falta de empatía y comprensión de la realidad que atraviesan los pequeños y medianos empresarios. Esta carga impositiva, lejos de incentivar la inversión y el crecimiento, ahoga a los negocios y los empuja al cierre.
La ausencia de políticas activas de promoción turística por parte del gobierno nacional es otro factor clave en esta crisis. En un contexto de retracción económica, la falta de iniciativas que impulsen el turismo interno y externo deja a Mendoza, y a otras plazas turísticas del país, a la deriva. La esperanza de un repunte, incluso con las próximas vacaciones de invierno, se ve opacada por el temor a que la caída del consumo interno, otra consecuencia de las políticas nacionales, termine por anular cualquier posibilidad de recuperación.
La situación en el Valle de Uco, donde muchos establecimientos solo abren los fines de semana, es un claro ejemplo de la fragilidad del sector. La expectativa de un repunte recién en primavera revela la profunda incertidumbre y la necesidad urgente de un cambio de rumbo en las políticas que hoy están asfixiando a la gastronomía y la hotelería mendocina.