Fuerte envestida contra Aldo Azzarelli

Poli Badoul presidente de la cámara de turismo de La Rioja y representante de todas las cámaras, envistió a Aldo Azarrelli exponiéndolo como conflictivo y desestabilizador.

*Respuesta pública ante dichos injuriosos y ataques personales*
Ante ciertas acusaciones injuriosas hacia mi persona y hacia instituciones del sector turístico, me veo en la obligación de responder. Lo hago no por un impulso personal, sino porque considero que el prestigio —propio y colectivo— es un bien que se construye con años de trabajo y compromiso, y no debe ser manchado livianamente.
En toda gestión debe primar la inteligencia y el respeto institucional. Por eso evito caer en descalificaciones personales. El foco de este planteo no está en quien suscribe, sino en la necesidad de reflexionar sobre la salubridad del debate público y la defensa del trabajo institucional, que ha sido agraviado injustamente.
Como suele decirse, hay que saber diferenciar el mensaje del mensajero, y ese ejercicio es muchas veces incómodo pero necesario. Puede que un mensaje contenga elementos opinables, cuestionadores o hasta legítimos. Pero cuando se analiza el contexto desde donde parte, emergen otras motivaciones: conductas pasadas, intereses personales, frustraciones o enemistades persistentes, que desdibujan cualquier intención constructiva.
Las Cámaras de Turismo de La Rioja han tenido una presencia innegable en la recuperación del sector, especialmente desde la pospandemia. Han trabajado con energía, diálogo y espíritu colectivo. Solo en casos aislados, algunas voces —obsesionadas con el protagonismo— han emprendido acciones de dudoso beneficio para el conjunto, muchas veces teñidas de un sesgo histriónico, conflictivo y desestabilizador.
Por eso, no podemos naturalizar que personas que jamás lograron construir dentro de ninguna institución, que rehúyen el consenso y sabotean el diálogo democrático, pretendan hoy erigirse en jueces morales del sector. Quienes proyectan en los demás sus propias fallas, terminan revelando más sobre sí mismos que sobre aquello que denuncian.
Repudiamos así los dichos mediáticos que no aportan soluciones, sino que reflejan la impotencia de quienes no logran adaptarse a una cultura de debate institucional, respetuosa y democrática. Estas intervenciones solo buscan dividir, debilitar y confundir, a costa del trabajo de muchos.
Y cabe entonces preguntarse con claridad:
¿Quién es realmente funcional a los intereses oscuros que dice denunciar?