GH: SALIÓ CATALINA y GANÓ LA VIOLENCIA

La gala extendida del reality televisivo, dejó fuera de la casa a una participante que habia ingresado por la modalidad del repechaje.

Se trata de Catalina Gorostidi, médica pediatra de 31 años, hija de un ex futbolista profesional (Adrián Gorostidi), santafesina y fue la última participante en ingresar a la casa del programa televisivo.

Tambien fue la ultima en salir de la primera camada del repechaje, dejando la casa por el voto a la linea telefónica que establece el programa.

La redes sociales estallaron y sospecharon de un cierto favoritismo por la participante Juliana Scaglione «FURIA» a pesar de que todos los participantes de la casa estaban de acuerdo en que es una persona con la que no se puede convivir.

Tal fue el descontento del público por la definición, que en el mismo estudio desde donde se emite el programa en vivo, se pudo escuchar claramente «arreglo… arreglo…» algo que ni la producción pudo evitar intentando silenciar tal arenga.

La casa queda con una participante que al decir de la mayoría de los panelistas de programas televisivos, es irreverente, impulsiva, manipuladora, discriminadora y descortés; algo que no se justifica cuando quieren contar la historia de vida para así atenuar el comportamiento violento que se evidencia cada jornada.

Los participantes no logran establecer un diálogo coherente con Juliana, mucho menos confrontarla, porque de manera grosera y a los gritos inicia una andanada de improperios que incitan a la violencia, justificándose en que es descendiente de italianos y que por eso grita y trata así a la gente.

El programa logra su cometido con este tipo de contenidos y los números en materia del ranking le dan la razón, es el producto televisivo más visto en su banda horaria y de eso alardea el conductor Santiago del Moro, quien defiende el producto frente a las criticas respecto al formato que propone, que no termina de ser una ficción, ni un producto de corte guionado.

Los más conspiradores del producto, manifiestan que es todo un compendio de arreglos y que la producción sostiene al jugador más conflictivo y violento porque le da contenido al reality; sosteniendo o justificando los malos tratos, comentarios discriminatorios y hasta las amenazas verbales contra la seguridad física de los mismos participantes.

Nadie conoce el reglamento como para evaluar o no los comportamientos de los jugadores, solo se ve lo que la edición de la producción deja ver y pone delante de la pantalla chica.

La violencia verbal, es la protagonista de un producto que al parecer entretiene a los televidentes.