Portugal Eliminado del Mundial

El combinado africano, que había dado el golpe en octavos al eliminar a España, consiguió la victoria por 1-0 en el estadio Al Thumama para hacer historia en Qatar. CR7 empezó como suplente y se marchó de la cancha entre lágrimas

Lo logrado por este plantel y su entrenador quedará para siempre en los recuerdos de las Copas del Mundo. El encuentro con los portugueses fue una prueba de cómo se juegan este tipo de partidos, en un equipo al que no le sobran variantes y está afectado por las lesiones.

PRIMER TIEMPO
Marruecos es un equipo que se construye de atrás para adelante. Empezando por Bono, su arquero. Luego hay una gran línea de cuatro defensores, con Hakimi del PSG como figura. El medio es pura calidad, sacrificio y dinamismo. Azz-Eddine Ounahi, Sofyan Amrabat y Selim Amallah son los líderes del estilo morrquí. Arriba, Ziyech es el nombre más conocido y en el que se depositan las esperanzas.

El elenco africano siempre arranca los partidos con una postura precavida, estudiando al rival y esperando en su campo sin presionar. Lo hizo ante todas las naciones poderosas que enfrentó y se fue haciendo fuerte en ese esquema. Sabe que tiene dos momentos del partido para atacar: saliendo de abajo, con toques cortos para atraer al rival, o en alguna salida rápida tras una recuperación

Pero para eso, cuenta con gran calidad. Los marroquíes son capaces de juntar pases en espacios reducidos, gambetear y ganar en velocidad ante las presiones rivales. Es por eso que llegan mucho al área rival y son punzantes.

Portugal fue el claro dueño de la pelota, pero el de las chances más importantes fue Marruecos. Y fue gracias a esas salidas “top” que se generaron los ataques. Y no son ataques de tres pases, tienen más de diez, y van de lado a lado. Así llegó el gol de Youssef En-Nesyri para darle la ventaja en un momento clave.

SEGUNDO TIEMPO
Ya con la ventaja y el cansancio acumulado, Marruecos desestimó prácticamente el ataque para cuidar esta ventaja. Tuvo que cambiar a un central por lesión y no se resintió. Ni hablar de su arquero Bono, que apareció en las pocas chances en las que Portugal estuvo claro de frente al arco. Un remate de Joao Felix, algún cabezazo y remates de afuera, fueron todos propiedad del nacido en Canadá. No hay equipo que avance en una Copa del Mundo sin un buen arquero. Ya lo vivieron Croacia y Argentina, y ahora fue el turno de Marruecos.

El partido de Ounahi es para poner en los manuales del volante interno. El jugador del Angers de Francia viene teniendo un torneo consagratorio. Guapo para pisar la pelota, corre de área a área y tiene una gran gambeta en espacio reducido. De él salieron los pocos contaataques que tuvo su equipo en el complemento. Capítulo aparte para Amrabat, el volante central de la Fiorentina que maneja todo dentro de la cancha. Es el entrenador en el campo y el líder temperamental.

Marruecos no es una idea mezquina, un olvido del arco rival. Marruecos es una oportunidad única en la historia de jugar una semifinal. Ya se aseguró los siete partidos gracias a nombres propios que dejaron todo en cada partido, a un entrenador que en tres meses pudo darle su impronta y a la calidad individual que a veces quisiéramos que domine más durante los 90 minutos. Marruecos tiene talento y ahora irá por todo