Denuncian a un concejal por abuso e intento de violación

 Una ex integrante de la Juventud Radical radicó una denuncia en la Justicia de Género contra el concejal radical Enrique Balmaceda, (bloque Juntos por el Cambio, Concejo Deliberante de La Rioja) por abuso sexual e intento de violación, hecho ocurrido el 23 de enero de 2020 en el departamento que ocupaba Balmaceda, en el complejo Altos de Saavedra de La Rioja, Capital.

Además según la denuncia, Balmaceda pedía favores sexuales a cambio de nombramientos en el Ejecutivo municipal, y las autoridades de la UCR y del Ejecutivo municipal ignoraban deliberadamente este comportamiento de Balmaceda, para encubrirlo.

Yo, militante del partido Unión Cívica Radical, parte de la Juventud Radical, denuncio publica y legalmente al concejal Enrique (Quique) Balmaceda Clavel, por abuso e intento de violación, el día 23 de enero de 2020. Siguiendo fielmente mis ideales, de seguir ideas y no personas, hago publica esta situación protegiendo las banderas que levantamos a diario.

El día 23 de enero de 2020, luego de una reunión de trabajo en la casa de Paula (una compañera de trabajo) organizamos la salida al bar “Antares”, ubicado en la calle Belgrano de la Cuidad de La Rioja, para acompañar una presentación artística del actual presidente de la Juventud Radical del departamento Capital, Ariel Palavecino.

En el lugar, nos encontramos Quique Balmaceda, Ariel Palavecino y yo, donde comimos y bebimos unas cervezas del lugar. Posteriormente, a la salida, ambos subimos al mismo remis porque su casa quedaba de pasada a la mía. Allí, Quique me invita a tomar unas cervezas ubicado en ese momento en el complejo Altos de Saavedra, de la cuidad de La Rioja.

Ya en su departamento y ubicados en el balcón del mismo, él me quiere besar y yo ante la situación le digo: “No quique, somos compañeros de trabajo, militantes, compartimos muchos espacios juntos, no da. Terminemos la birra tranqui, y me voy a mi casa”. En ese momento el comprende mi negativa y se aparta.

A los minutos, me vuelve a besar, yo contra la baranda del balcón, me comienzo a poner nerviosa, y le sigo pidiendo que ya está. El me saca la blusa que traía puesta y seguidamente el corpiño. Trato de ponerle fin a la situación diciéndole que no quiero, mientras él me decía al oído cosas para “calentarme”.

Me corrí como pude, trate de ponerme de vuelta la ropa, el me volvió agarrar la mano y esta vez me obligo a tocarle su pene. En eso, suena mi teléfono, a lo que yo me salgo y entro atender a mi mama. Luego pido un Remis y me voy del lugar con mucho miedo y confusión.

Voy a contextualizar la situación porque yo en ese momento era un militante que recién volvía a la Rioja, me encontraba sin trabajo y dicho concejal había prometido un cargo en el ejecutivo municipal para mi y para otrxs compañerxs. Mi trabajo dependía 100% de la palabra de él, así como nos marco en el resto de las reuniones políticas que transitamos.

A partir de esta situación yo reprimí todo lo que había sucedido por el bien del espacio y de mis compañerxs. Aun así, a pesar de haberme llamado al silencio públicamente, yo comente esta situación a muchxs compañerxs del espacio: Braian Castañeda (Coordinador municipal del Centro de Atención al Vecino), Florencia Vigna (Encargada de comunicación del bloque Juntos por La Rioja del Concejo deliberante), Milagros Sotomayor (Promotor del centro de atención al vecino de la Municipalidad de La Rioja y “referente” feminista del espacio), al presidente de la Juventud Radical departamento Capital y funcionario municipal Ariel Palavecino.

También tienen conocimiento del hecho, ya por terceros: Ornella Maggi (Promotor del centro de atención al vecino de la Municipalidad de La Rioja, “referente” feminista del espacio y Secretaria adjunta del espacio Franja Morada La Rioja UNLaR), Roció López Costa (Directora de Juventud Municipal).

Todos y cada uno de ellos, en total conocimiento de sus abusos y que es un violento, IGNORARON y desacreditaron mi palabra, me dejaron sola y nunca extendieron un mínimo gesto conmigo, al contrario, muchos de ellos se encargaron de difamarme y dar cualquier versión a otrxs militantes.

Si, yo seguí militando en el espacio, respaldando a Quique en miles de situaciones, pero a costa de mi salud mental y de vivir con miedo, de vivir en la repulsividad cada vez que tenia que ponerme en una foto con él. Yo gradualmente fui apartándome de todos los espacios donde trabajaba y militaba, por el hecho de que no podía convivir con él.

Voy aclarar que el en reiteradas reuniones marco el hecho de que “Ustedes están donde están por mi”; “el que les dio trabajo fui yo” entre otros discursos eufóricos a los gritos que incluían golpes a las mesas o paredes, sometiéndonos a situaciones de violencia verbal, laboral y de género. No solo a mí, sino a todxs lxs compañerxs que eran “contenidos”.

Además de burlarse de mi frente a otros militantes cuando solicitaba alguna reunión: “A esta no le respondo los mensajes, me tiene podrido”, múltiples insultos en diferentes ocasiones, exponer mi sueldo y mi vida privada, sin contar que también ignoraba ms propuestas de trabajo.

Me canse de tener que resignar mi vida por alguien que es un predador sexual y un violento. No quiero aterrarme por todas las mujeres que vienen detrás mio y son mis compañeras. Me canse de la hipocresía de levantar una bandera para la foto con el pañuelo y después NO CREER en las pibas por un sueldo seguro. No acepto mas gente que se caga en la militancia por un poco de poder, que nos violenta y nos persigue, que nos difama y nos aísla. No es la juventud que militamos, no es la política que hacemos, no es la gente que nxs tiene que representar. Sostengo una militancia por convicciones, por ideales y no por un poco de plata en el bolsillo.

¡QUIERO FUERA AL ABUSADOR Y VIOLENTO QUIQUE BALMACEDA!