Esta será la Nueva Normalidad

Solo nos queda la responsabilidad social, los estados han contribuido y sobrellevado su política hasta donde es su deber. Algunos han salido airosos y otros no tanto, sus acciones son insuficientes y el futuro los pone en una encrucijada a la que no están acostumbrados a solucionar.

La hipótesis de un rebrote, es tan latente como que todos los días sale el sol y los recursos están tan limitados, como respuestas a lo que va a suceder mañana.

Tal vez a llegado el momento de tomar conciencia de que, no existe gobierno que  nos pueda enseñar a cada individuo como y que debemos hacer a cada momento.

Poco a poco las restricciones ya no serán sostenibles y entraremos por el umbral de la «NUEVA NORMALIDAD», algo que escuchamos pero que no sabemos a ciencia cierta de que se trata.

Observando el comportamiento global de las personas y de los artilugios de los gobiernos por dar batalla a los frentes más visibles, que podríamos señalar como las políticas en salud y economía; es de esperar que todo tipo de aislamiento o confinamiento va ha terminar por desaparecer. Y no es que no sean o hayan sido útil o innecesarias, es que simplemente, es imposible de sostener en el tiempo o por lo menos de manera indeterminada.

Tendremos por del ante, la «NUEVA NORMALIDAD», que nos tiene a cada uno como protagonistas indefectibles para transitar y convivir con el virus que no vino de visita, vino para quedarse y no solo eso, sino también acompañarnos de cerca en cada actividad que realizamos. Eso si no muta y nos sorprende con una nueva cara o lo que es peor, con un nuevo esquema desconocido para combatirlo.

El desafío es saber y reconocer cuales son las herramientas a las que podemos recurrir para enfrentar cada día este virus, que no contempla nada, que no distingue nada y que arrasa con todo; todo lo que el hombre a creado; clases sociales, entretenimientos, sistemas económicos, relaciones internacionales, etc.

Es globalmente el enemigo a vencer, pero no con la armas que utilizan las grandes naciones para disputarse el poder, sino el enemigo de cada uno de los habitantes del planeta.

Barbijos, mascarillas, higiene y distancia entre unos y otros, son las únicas herramientas a las cual hoy por hoy podemos acceder. A esto debemos sumar la tan mentada responsabilidad social, que se sustenta en el principio de cuidarse uno, porque así, cuidamos a todos. Y aquí si, es el desafío, no existirá mas responsable que el propio individuo y los gobiernos serán los receptores – de poder – de quienes terminen arrastrados por sus propias irresponsabilidades hacia las fauces sistema de salud.

Esta será la Nueva Normalidad a la que nos deberemos enfrentar y hacer cargo.