Covid-19 y seguridad en Medio Oriente

Las recientes protestas en Líbano e Israel durante la cuarentena implementada en para enfrentar la pandemia de covid-19, merece una reflexión sobre la relación entre la seguridad y las libertades individuales en Medio Oriente. ¿Qué medidas adoptaron los países de la región? ¿Cómo afectaron a las libertades? Y, ¿hay una luz al final del túnel?
Al momento que la Organización Mundial de Salud declara pandemia al brote de covid-19, los yemeníes, sirios y libios atravesaban –y lo siguen haciendo- conflictos armados. Sus pares de Irán, Irak, y Líbano se manifestaban en contra de sus respectivos gobiernos, mientras que israelíes esperaban la formación de un nuevo gobierno, palestinos rechazaban la anexión israelí del Valle del Jordán, y los egipcios denunciaban censura a la prensa.

Hasta aquí, la normalidad.

Declarada la pandemia, los gobiernos de Medio Oriente adoptaron la cuarentena como primera medida. La decisión impactó directamente a las protestas en Irán, Irak y Líbano, eliminando una fuente de oposición a los gobiernos. Mientras que en Irán esto ocurrió sin inconvenientes, en Irak y Líbano se registraron diferentes hechos de violencia.

“No nos advirtieron. Nos atacaron repentinamente”, dijo el artista y manifestante Hady Ezzeddin en referencia al desalojo de la Plaza de los Mártires realizado el pasado 27 de marzo. “Está todo bien, pero esto no termina acá”, agregó dijo Ezzeddine. “Las protestas siguen vivas,” cerró en tono desafiante.

Por su parte, Arabia Saudí declaró un cese de hostilidades unilateral en un intento por finalizar el conflicto en Yemen a través de un retiro honorable. La medida no prosperó porque la agrupación Ansar Allah –apoyada por Irán- rechazó la iniciativa, y el Consejo de Transición del Sur –apoyado por Emiratos Árabes Unidos- declaró la independencia del sur del país.

“Seguiremos atacando sus [saudíes] instalaciones militares e industriales…la coalición está manipulando el discurso. Se cesan todas las hostilidades y finaliza el bloqueo, o la guerra continuará,” dijo el vocero Mohammed Al Bukhaiti cerrando la puerta a cualquier posibilidad de paz.

En Egipto, el Observatorio Árabe para la Libertad Prensa documentó 39 violaciones contra los medios de comunicación durante el mes de marzo. Al respecto, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de la ONU, aconsejó a las autoridades egipcios “que en lugar de sancionar las voces críticas con métodos punitivos, se enfoquen en proporcionar información clara.”

Mientras tanto, la emergencia sanitaria facilitó el acuerdo para la formación de un nuevo gobierno israelí. Autoridad la cual aceptó de forma implícita que el Shin Bet continúe utilizando herramientas de geolocalización telefónica cotidianamente implementadas en la lucha contra el terrorismo, para monitorear a los ciudadanos israelíes y alertar a quienes tomen contacto con infectados.

“Esto no es nada nuevo para nosotros. Muchos de nosotros vivimos bajo la ocupación y los toques de queda israelíes”, dijo el palestino Mulsim Imran, presidente de la Organización Cultural Palestina de Malasia.

Por su parte, Tehilla Schwartz Altshuler, directora del Instituto Democracia de Israel, advirtió “No podemos esperar a que pasen los peligros del virus y encontrarnos en una nueva realidad. Cada país y sociedad tiene que decidir ahora qué nivel de vigilancia está dispuesto a tolerar.”