El consumo sigue sin reaccionar

El consumo en grandes cadenas de supermercados se contrajo en octubre 1,2 por ciento respecto de igual período del año pasado, con lo cual enlaza diez meses de caída ininterrumpida. De acuerdo con las cifras preliminares del índice Scantrack Express de la consultora Nielsen, la demanda de los consumidores volvió a enfocarse en productos de almacén y limpieza, donde existen artículos dentro del programa de Precios Esenciales o se vieron beneficiados con la quita del IVA en clave electoral. Volvió a contraerse la venta de productos frescos, lácteos y congelados, segmento donde el retroceso se ubicó en el 8,8 por ciento interanual.
La baja acumulada del consumo medida por Nielsen a septiembre (dato con rezago) es de 6,3 por ciento y trepa a 13,4 por ciento incluyendo también canales minoristas. La cifra de octubre muestra una moderación en el deterioro del consumo. En septiembre previo la caída interanual había sido de 2,6 por ciento, mientras que en agosto, mes del salto devaluatorio post PASO, fue de 3,3 por ciento. Esta baja responde a que el consumo comienza a compararse contra meses del año pasado en los que ya se había profundizado la crisis, luego de que el dólar duplicara su valor, y la demanda se congelara.

Si bien no puede hablarse de un piso en el consumo, el cambio de marcas y productos de la población derivado de la imposibilidad de mantener los mismos hábitos de compra ante la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos familiares ubican a la demanda en sus mínimos históricos. Tal es el caso de lácteos, cuyo consumo es el más bajo desde 2003.

También hubo una fuerte transferencia a segundas y terceras marcas que amortiguó parcialmente la caída. “El estudio refleja que los supermercados han sido uno de los que mejor se han adaptado a la crisis de consumo. Las decisiones que vinieron tomando les permitieron lograr una desaceleración en el retroceso, a través de las promociones con proveedores. Hubo una apuesta fuerte por las marcas propias, que les permitió imponerlas para competir como segundas o terceras marcas”, según explicaron desde el sitio especializado Trade y Retail.

De acuerdo con el Análisis Preliminar Nielsen Scantrack Argentina, hubo una mayor caída de octubre en el área conformada por Ciudad y Gran Buenos Aires, donde el retroceso de consumo fue de 2 por ciento interanual. “En el Interior la caída fue más leve, del 0,3 por ciento. En septiembre la variación de precios relativos fue la inversa: en el AMBA había retrocedido 0,3 por ciento y en el Interior, un 3 por ciento, según las más de 70 categorías del canal supermercadista que releva la consultora Nielsen.

“Para explicar esta desaceleración de la baja del consumo en los supermercados hay también que tomar en cuenta algunos factores. Uno tiene que ver con la base comparativa. En los meses de 2018 el nivel de consumo estaba bajísimo. Pero también hay que considerar que la quita del IVA a determinadas categorías impacta sobre todo en las compras en los supermercados, el canal más controlado a esos efectos», señala Facundo Aragón, gerente comercial de Nielsen. El deterioro del salario o la pérdida directamente de ingresos se refleja entonces en una baja en la calidad de la canasta que adquieren las familias.

Frescos, lácteos y congelados fue la categoría que más se contrajo y ni siquiera logró moderar la baja de septiembre. En octubre registró una caída del 8,8 por ciento, superior inclusive al 8,4 por ciento interanual del mes previo.