La Selección de Básquet fue recibida con aplausos

Era muy temprano. El avión de la línea holandesa aterrizó a las 5.50 proveniente de Amsterdam. Y aunque no era una mañana especialmente fría en Ezeiza, el horario era complicado. También lo había sido para seguir los partidos del Mundial, en plena rutina laboral de la mayoría de los argentinos, que sin embargo encontraron los resquicios para disfrutar de las grandiosas actuaciones que les regaló, partido a partido, la Selección Argentina de Básquet durante su paso por China. Por eso, hubo quienes se acercaron a recibir a los jugadores del plantel que -al no militar en Europa- llegaron este martes a nuestro país luego del histórico subcampeonato conquistado en Beijing. Marcos Delía, Agustín Caffaro, Tayavek Gallizzi, Lucio Redivo y Máximo Fjellerup fueron los integrantes del equipo recibidos entre aplausos, agradecimientos y pedidos de autógrafos. 

Y aunque también a Sergio Hernández se le acercaron fanáticos con lapicera en mano para llevarse un souvenir suyo, lo cierto es que el entrenador argentino les regaló a todos, argentinos y argentinas, allí en Ezeiza o donde estuvieran, una gran promesa de felicidad. El técnico soltó: «Si estoy yo como entrenador, voy a obligar a Scola a que juegue en Tokio 2020». 

Luifa, líder emocional argentino y figura de la copa del mundo –anotó 143 puntos en sus 236 minutos de jugo-, no estaba presente en la sala Malvinas Argentinas del aeropuerto internacional donde se llevó a cabo la tempranera conferencia de prensa. El ala pivote, que tras el certamen fue elegido como el mejor del mundial en su posición, sigue en China, donde espera conseguir nuevo club. Más allá de que también lo anhela el Real Madrid español, en donde felizmente lo recibirían Facundo Campazzo, Nicolás Laprovittola y Gabriel Deck, con los que acaba de colgarse la medalla plateada. Y, en una fantasía que paga menos en las casas de apuestas, también lo sueñan en Boca, donde un rumor hizo sonar fuerte su nombre y hasta el entrenador xeneize salió a aclarar que, “si Luis decide prepararse en Argentina y estar en un equipo de acá, en el club tiene las puertas abiertas”.

Después de su protagonismo mundial, en la sala de prensa que recibió a Argentina se sentía el aura del basquetbolista de 2.04 metros, casi como si estuviera allí y no del otro lado del mundo. “Es uno de los líderes más importantes de la historia del básquet argentino”, lo volvió a elogiar Hernández. Y agregó: “No me dijo si va a estar en Tokio y falta mucho aún, pero tengo la sensación de que va a querer jugar el Juego Olímpico”. Ya en la Casa Rosada, donde fueron recibidos por el presidente Mauricio Macri el DT Hernández, el jugador Delía y Federico Susbielles, presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol (y a su vez es candidato a intendente de Bahía Blanca por el Frente de Todos), también se volvió a hablar del ícono dorado en estos encantadores tiempos de transición. “Queremos que siga por lo menos hasta los Juegos -volvió a la carga Delía-. Y tengo la esperanza de que va a seguir”.

Más temprano, aún en las inmediaciones del aeropuerto, Hernández había confesado que nada de lo sucedido en China, nada de esta magnífica aventura que regaló el básquet argentino las últimas semanas, fue casualidad. “No vivo de expectativas ni sueños, pero sí veía que el equipo tenía química y potencial. Desde Toronto 2015 que lo palpo”, reveló el conductor de 55 años, que ahora tendrá un merecido descanso y después deberá trabajar en esa ilusión que se volvió promesa: que Luis Scola juegue su quinto Juego Olímpico.