River hizo lo que quiso con Racing: 6-1 en Avellaneda

En un duelo que se presentaba como de vigentes campeones, River dejó en claro la diferencia abismal que hay entre el actual poseedor de la Copa Libertadores y el último ganador de la Superliga y le propinó una paliza histórica a Racing, al imponerse por la friolera de seis tantos contra uno en Avellaneda.

El equipo de Marcelo Gallardo salió a imponer su habitual presión alta desde el inicio ante la intención (luego revelada como fugaz) de los dirigidos por Eduardo Coudet de manejar la pelota, y encontró rápidamente su cometido cuando una mala salida de los locales terminó en un disparo de Matías Suárez que complicó a Gabriel Arias.

Sin embargo, la Academia reaccionó de inmediato: a los 5, Gonzalo Montiel durmió en exceso ante la marca de Alexis Soto, quien recuperó la pelota y metió un tres dedos al área para la llegada de Augusto Solari. El ex River dominó y le rompió el arco a Franco Armani; todo esto, con una gran acción previa de Lisandro López, quien dejó pasar la pelota entre sus piernas.

Tuvieron que pasar 30 minutos para que River se acuerde de lo bien que la pasa frente a Racing desde que Gallardo y Coudet están en uno y otro banco. A los 35, 36 y 37, el elenco local brindó un verdadero concierto de desatenciones defensivas para que Rafael Borré y Suárez (por duplicado) dieran cátedra de definiciones ante un atónito Arias y una línea de fondo que hizo todo lo posible para facilitarle un compilado de cómo no tirar la posición adelantada a las escuelas formativas de futbolistas.

Aturdido por el vendaval millonario, Racing recibió con agrado el final del primer tiempo; pero lo que vendría no le sería nada amable. Coudet intentó resucitar los ánimos de los suyos con un par de cambios desde el entretiempo, sin embargo, a los 48, se quedó con uno menos por expulsión de Leonardo Sigali.

Con un jugador menos, la tensa calma duró sólo algunos minutos. A partir de los 60, River apretó nuevamente el acelerador y encontró, como en toda la noche, muy buenas ofertas en el área académica. Así, una desinteligencia entre los defensores locales, terminó con Iván Pillud agarrando a las desesperadas una camiseta bordó dentro del área para que el árbitro cobre penal e Ignacio Fernández marque el 4-1.

El equipo de Marcelo Gallardo salió a imponer su habitual presión alta desde el inicio ante la intención (luego revelada como fugaz) de los dirigidos por Eduardo Coudet de manejar la pelota, y encontró rápidamente su cometido cuando una mala salida de los locales terminó en un disparo de Matías Suárez que complicó a Gabriel Arias.

Sin embargo, la Academia reaccionó de inmediato: a los 5, Gonzalo Montiel durmió en exceso ante la marca de Alexis Soto, quien recuperó la pelota y metió un tres dedos al área para la llegada de Augusto Solari. El ex River dominó y le rompió el arco a Franco Armani; todo esto, con una gran acción previa de Lisandro López, quien dejó pasar la pelota entre sus piernas.

Tuvieron que pasar 30 minutos para que River se acuerde de lo bien que la pasa frente a Racing desde que Gallardo y Coudet están en uno y otro banco. A los 35, 36 y 37, el elenco local brindó un verdadero concierto de desatenciones defensivas para que Rafael Borré y Suárez (por duplicado) dieran cátedra de definiciones ante un atónito Arias y una línea de fondo que hizo todo lo posible para facilitarle un compilado de cómo no tirar la posición adelantada a las escuelas formativas de futbolistas.

Aturdido por el vendaval millonario, Racing recibió con agrado el final del primer tiempo; pero lo que vendría no le sería nada amable. Coudet intentó resucitar los ánimos de los suyos con un par de cambios desde el entretiempo, sin embargo, a los 48, se quedó con uno menos por expulsión de Leonardo Sigali.

Con un jugador menos, la tensa calma duró sólo algunos minutos. A partir de los 60, River apretó nuevamente el acelerador y encontró, como en toda la noche, muy buenas ofertas en el área académica. Así, una desinteligencia entre los defensores locales, terminó con Iván Pillud agarrando a las desesperadas una camiseta bordó dentro del área para que el árbitro cobre penal e Ignacio Fernández marque el 4-1.