Apunten contra Irán, pero no le disparen

Donald Trump se quiso vengar, pero a última hora se arrepintió. En un evento sin precedentes, el presidente de Estados Unidos autorizó un ataque contra instalaciones militares iraníes para el jueves a la noche y lo terminó parando minutos antes de que dispararan los misiles. Según el mismo Trump, recién cuando los aviones ya habían despegado y los buques tomado posición se le ocurrió preguntar a «un general» cuántos muertos podía haber en la operación. Cuando le contestaron que unos 150, contó como siempre en twitter, decidió que era «excesivo» y mandó parar.  El ataque iba a ser la respuesta americana por el derribo de un muy caro dron norteamericano sobre el estrecho de Hormuz. No queda claro si esta aparente comedia de enredos fue realmente como la contó el presidente o si se trata de un mensaje enviado a Irán. Después de todo, no pasó desapercibido en Washington que Teherán se cuidó de no matar a ningún norteamericano, una manera de escalar el conflicto pero no de hacerlo imperdonable.