Argentina, un equipo sin DNI

Dos razones explican el presente y futuro inmediato de la Selección: el VAR y Qatar. Para empatarle a Paraguay, necesitó del primero. El penal que convirtió Messi solo podía observarse con un microscopio. Para clasificarse a octavos de final está obligada a ganarle a un equipo invitado que juega la Copa por los intereses económicos que representa. No está ahí ni por su fútbol, ni por su historia exitosa. La compañía aérea del emirato es sponsor de la Conmebol. Los petrodólares mueven montañas. Argentina no es capaz de sacudirse sus propias sombras. Este equipo, aún comparado con las peores versiones que lo antecedieron, no tiene DNI. Su identidad la perdió en algún laboratorio. Fracasó en más de un experimento, equivocó la búsqueda de los caminos y apenas conserva un solo catalizador: Messi. Ese reactivo capaz de encontrar la fórmula del fútbol, aún en las condiciones más adversas. Como cuando el técnico lo mandó a jugar por la banda derecha, aislándolo, acaso con el propósito de que encontrara su mejor perfil para enganchar hacia el área. Un ensayo más que debería ser archivado.